Los robots colaborativos o cobots móviles pueden configurarse para realizar múltiples funciones, con distintas aplicaciones y en distintas ubicaciones. Esta versatilidad es una de las grandes ventajas que aportan los robots colaborativos en la industria 4.0.
Además, al estar diseñados para trabajar con personas y no requerir barreras de protección u otras medidas de seguridad, pueden cambiar su ubicación y función fácilmente, sin implicar inversiones adicionales en nuevas instalaciones de protección en el nuevo puesto.
Mediante aplicaciones de movilidad específicas, un solo cobot puede ser empleado para desempeñar distintas funciones, ya sea en distintas etapas de una misma línea de producción o en procesos de producción por lotes que requieran tareas puntuales y específicas.
Cobots sobre ruedas
Los brazos robóticos no pueden desplazarse por sí solos, pero pueden hacerlo con ayuda de un AGV (vehículo guiado automáticamente), guías (instaladas en el techo o en el suelo) o un carro que podría ser empujado fácilmente por cualquier operario. De esta forma, los beneficios que aportan los robots colaborativos pueden ampliarse a diferentes tareas en diferentes ubicaciones, con los consecuentes ahorros económicos y de espacio.
Sobre un carro ligero
La opción más sencilla de todas es colocar el robot colaborativo sobre un carro que puede empujarse libremente de un punto a otro. El único detalle que debe tenerse en cuenta para este tipo de “desplazamientos” es que, una vez ubicado en la zona de trabajo para la que se ha configurado el cobot, hay que asegurarse de que el carro quede completamente fijado al suelo (ya sea mediante soportes u otros sistemas de anclaje).
Sobre una guía (automática o manual)
En cadenas de producción, cuando un puesto de trabajo puede ubicarse a continuación de otro, las guías automáticas se convierten en la mejor opción para trasladar un cobot de un punto a otro. Preferiblemente, estas guías deben colocarse en el techo para evitar que los trabajadores tropiecen con las guías del suelo y acaben suponiendo un obstáculo para ellos. De esta forma, por ejemplo, un cobot podría realizar tareas de ensamblaje y, al terminar, trasladarse automáticamente por las guías hasta el siguiente punto de atornillado.
Las guías también son una opción recomendada para cuando el brazo robótico no alcanza toda la superficie sobre la que debe trabajar desde un mismo punto. Por ejemplo, si la zona de pulido es demasiado amplia, un cobot puede pulir toda la zona que está a su alcance y moverse automáticamente a la siguiente posición, a través de la guía, para continuar con el resto de la superficie.
Cuando el cobot no necesita moverse de un sitio a otro tan asiduamente, si se traslada tan solo una vez a la semana o incluso con menor frecuencia, el movimiento no necesitaría estar automatizado: en estos casos, simplemente un operario puede desanclar el cobot, empujarlo sin esfuerzo por la guía hasta su nuevo puesto de trabajo y volverlo a anclar en dicha posición.
Sobre un AGV (vehículos guiados automáticamente)
Por último, en tiendas online con un amplio catálogo, siguiendo el ejemplo de Amazon, se puede programar un AGV para que se mueva continuamente por sí solo por un almacén inteligente (previamente digitalizado), trasladando un robot colaborativo sobre él para recoger automáticamente los productos de cada pedido. El AGV traslada al robot (buscando incluso la ruta más corta y evitando obstáculos) hasta la posición en la que desempeña su función (completar, montar o cerrar la caja de un pedido, etc.).
Ejemplo en el sector de la fabricación metálica
En el sector de la fabricación metálica los cobots móviles pueden automatizar diversos procesos, con funciones en tornos de control numérico, taladrados y fresadoras, entre otros. Al poder mover el brazo robótico de un punto a otro, el mismo cobot podría encargarse primero de una de estas funciones (por ejemplo, de control numérico) y trasladarse una vez que haya finalizado el proceso a otro punto de trabajo para realizar otras funciones (por ejemplo, de taladro). El límite de tareas no existe, pudiéndose adaptar a las necesidades de cada empresa mediante el desarrollo de aplicaciones específicas.
Ejemplo en el sector de la alimentación
En el sector de alimentación, por ejemplo, un mismo cobot puede realizar tareas de control de calidad de los productos en una ubicación y posteriormente trasladarse a otro puesto para la fabricación de lotes, encajado o empaquetado, entre otras tareas.
Únicamente cuando trabajan con objetos más pesados, como por ejemplo durante el paletizado, por cuestiones de rendimiento se aconseja mantener la ubicación estática del robot colaborativo.
Otras aplicaciones útiles para cobots móviles
Los robots colaborativos aportan valor añadido en numerosas industrias, desde la alimentación a la aeronáutica, pasando por la industria textil y farmacéuticas. Independientemente del sector, adaptándonos a las necesidades de cada empresa, en CADE Cobots desarrollamos aplicaciones robóticas para la automatización de prácticamente cualquier proceso manual y repetitivo mediante brazos robóticos o cobots.
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